13/11/07

Extracto del libro "HMS Surprise" de Patrick O'Brian


(...) La Marengo orzó. Ahora la Surprise podía apuntarle de nuevo con sus cañones, y abrió fuego. La fragata de dos puentes respondió inmediatamente con una devastadora descarga de los cañones superiores de estribor, y estaba tan cerca que las balas pasaron muy altas por encima de la cubierta y los tacos encendidos cayeron sobre ella, tan cerca que pudieron verse los rostros iluminados por el resplandor. Durante unos momentos ambas fragatas permanecieron con los costados muy próximos. A través de un agujero en el costado de la Marengo, Jack pudo ver al almirante sentado en una silla en el alcázar, con una expresión grave, señalando hacia arriba. Jack se había sentado a su mesa con frecuencia y reconoció enseguida su característica forma de ladear la cabeza. La Marengo siguió virando y se apartó considerablemente; disparó otra descarga con sus carronadas de popa y terminó de virar en redondo, colocándose contra el viento. Entonces la fragata le lanzó una descarga con los cañones que le quedaban (había otros dos desmontados y uno había explotado), destrozando el mirador de popa. Le lanzó otra descarga cuando empezó a alejarse y a ganar velocidad y se oyeron entusiastas vivas cuando cayó la verga mesana, seguida del mastelero de sobremesana y el mastelerillo de perico. La fragata de dos puentes ya estaba fuera del alcance de la Surprise, pero ésta, aunque lo deseaba ardientemente, no podía virar ni moverse con la rapidez suficiente para alcanzarla de nuevo.

Todos los barcos franceses habían virado juntos. Pasaron navegando de bolina entre las líneas convergentes que formaban los mercantes y ahora se alejaban. (...)


Martín.-

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